Si hay un imprescindible en Pamplona (además de todo lo que suena a San Fermín) es sin duda 'Pastas Beatriz'. Pastelería emblemática donde las haya, este horno de madera y hojaldre a partes iguales lleva alimentando sentimientos y estómagos desde hace décadas. Su especialidad, los 'garrotes’ o 'garroticos', son unos dulces que se elaboran a base de hojaldre y chocolate siguiendo la receta original. Su historia  se remonta a finales de los años 60, más concretamente a 1969. Hace más de cuarenta años, Pablo Sarandi y su mujer, Beatriz, abrieron este local que en un principio era una tienda de ultramarinos y que acabó convirtiéndose en la tienda de las pastas más deseadas por los pamploneses y los turistas. En la actualidad siguen utilizando las mismas recetas que les dejó Pablo, sin conservantes, ni colorantes. Pura artesanía. Su antiguo local en la calle Estafeta se les ha quedado pequeño, por lo que han abierto un nuevo local ubicado en el número 16 de la calle Curia.