En Candás, el olor de la tentación procede del interior de San Félix, el negocio ‘marañuelero’ más famoso del lugar. Toñi Durán, su dueña, comenta el origen de su empresa: “empezamos con panadería y después fue cuando nos metimos a hacer les marañueles. Las mujeres venían a cocer las que hacían en casa a la panadería y empezamos a elaborarlas con esa receta casera. Esto fue hace 30 años más o menos”. La marañuela candasina está hecha con “mantequilla cocida, huevos enteros, azúcar, limón, un chorrín de anís y harina”. El secreto para que salgan como tiene que ser está en usar buena manteca -como se llama en la zona a la mantequilla cocida, no confundir con manteca de cerdo- y buenos huevos. "La mantequina tiene que estar bien cocida para que tenga buen saborín. La calidad es lo que nos ha hecho referencia, no hay otra”, asegura Durán.

El Horno de Luanco arrancó su trayectoria en 1993 en lo que sería la continuidad de una trayectoria familiar arraigada a la marañuela, tanto en la elaboración artesana como en la cocción, que se realiza en horno de leña. Si bien las señas de identidad son las Marañuelas y los Bollos de Marañuela, también ofrecemos productos de creación propia como las Luanquinas y los Boroñinos, que no han dejado de sorprender desde su aparición. Contamos con un horno de leña de unos cuatro metros de diámetro, especialmente indicado para la cocción al estilo tradicional. Hasta hace muy pocos años mantuvimos la tradición de que la gente hiciese sus marañuelas en casa y nos las trajese para cocerlas en nuestro horno.